La Increíable pero Cierta Historia de Punky-Pinky

Y aquí está el relato que Punky escribió para mí... ¡Deleitaros con él! tanto como yo!

Le quedaba poco a la Luna para ponerse llena. Apenas un día… Había que prepararlo todo, como cada mes, reforzando la entrada, sujetando las cadenas… ¿Licántropo? No. Algo peor…

- Jamie… Escúchame… Venga, vamos, debes entrar en el sótano…

- ¿Por qué? – gruñó, con una voz ronca, siempre “pre-Luna Llena” – No quiero dejar de ser yo…

- Jamie, por favor. Eres peligroso para toda la comunidad, entiéndelo.

- ¿Y si no quiero? ¿Y si quiero ser humano una vez al mes? ¿Y si me gusta serlo?

- Co… Como puedes decir semejante barbaridad… ¡No sabes lo peligroso que es! Te olerían, y… Ni quiero saber lo que te harían… Desde que te mordió ese infeliz estamos haciendo esto… Solo tienes que esperar a tener 17 años e irte al mundo…

Ningún humano podía estar aquí. Ni ninguno de nosotros podíamos subir. Cada uno, a nuestra manera, éramos peligrosos para los otros. Una simple mirada nuestra, a los más débiles, los traumatizaba, dejándolos enfermos para siempre… Una simple mordida de ellos, nos convertía en seres peligrosos para nuestra comunidad. Sí, nosotros somos más fuertes y hábiles… Pero los estúpidos humanos tenían un gran aguante, y nada más los cogíamos, reaccionaban mordiéndonos. ¿Qué tenía de malo ser humano? Muchas cosas. No saben cuidar nada, ni siquiera a ellos mismos. ¿Cómo querríamos ser como ellos? Además de que para nosotros son potencialmente venenosos.

Solo unos cuantos de nosotros (Jamie y yo no estábamos entre ellos) podían subir a la superficie a vigilar a los humanos. Pero Jamie, que el pobre tiene graves ataques mentales de estupidez, subió tras un enfado más grande de lo normal con nuestro tutor, el señor JhKllrty (jajaja, haber si lo sabéis pronunciar).

- ¿A qué mundo Nnunnie? ¿Existe algún lugar donde demonios y humanos puedan convivir? No. La respuesta es clara. Al final me matarán. Así que no pienso volver a meterme como un vulgar criminal en el sótano para esconderme de la Brigada.

- Jamie. No lo entiendes… Eres peligroso, no sólo es que te maten sino que tamb…

- A claro, no te importa que me maten.

- Déjame que termine. También eres peligroso para mi, para el señor JhKllrty, para… HiKolletta. Sí me importa que te maten y mucho. ¿Qué te crees? ¿Hubiese mentido tanto si no me importara?…

- HiKolletta… No, es cierto, me tengo que esconder…

HiKolletta, no vayáis a pensar nada extraño, es nuestra pequeña hermana. Tiene mucho potencial, mucha fuerza, gran cantidad de magia, pero es tan frágil…

Aquella noche se escondió en el sótano, como ya iba haciendo desde hace apenas seis meses. Él y yo éramos los únicos que sabíamos lo que había pasado. Sus amigos creían que había desaparecía durante un par de días para despejarse. Pero no…

-¿Qué ha sido eso Nnunnie? – HiKolletta escuchó el gran golpe de la puerta - ¿Dónde está Jamie?

- N…No te preocupes HiKo… ha salido con sus amigos. Volverá tarde. Vamos a acostarnos…

Sonó otro fuerte golpe, y de pronto sentimos como la puerta se rompía en pedazos y tres hombres entraban. La Brigada, o la BCDI (Brigada Contra los Demonios Infectados) era muy poderosa. ¿Sabéis lo de la Inquisición? La quema de brujas y todo eso. Pues mil veces era peor aquí, con los humanos y con los demonios infectados. A mí me parece muy mal. A esos pobres desgraciados mordidos, los podrían ayudar… Los demonios somos tan poco tolerantes con lo que nos rodea…

- ¿DiliHittNunn? [¿Comprendéis ahora por qué me llaman Nnunnie?] – Preguntó el más grande, que parecía más una secuoya que un demonio – Venimos a por JaMdeisismie, que por lo que sabemos está aquí.

- ¿Qué pasa? – Mi voz salió temblorosa, sin el sarcasmo que quería usar – No está. Está con… unos amigos.

- No nos engañes niña, que somos más poderosos de lo que tú crees – Me escupió uno de los tres tipos asquerosos, vestido con un abrigo andrajoso que seguramente no se había cambiado en su vida.

- Dejarme en paz, a mí y a mi hermana, no tenemos nada que ver con nada.

En ese momento, como coreando mi frase, del sótano salió un aullido lastimero, que incluso a nosotros nos puso los pelos de punta. Se escuchó cómo se resquebrajaba la puerta del sótano, y salió una figura deforme, como un humano, que al mezclarse con un demonio, hubiese mutado sacando lo peor de cada uno.

- ¿Ah, no? – gruñó, mezclándolo con un resoplido, una criatura parecida a Jamie. Ya lo había vito una vez… pero había pasado a peor…

Los tres tíos de la Brigada sacaron unas pistolas equipadas con nldwsaeos, lo único que puede acabar con los demonios. Le dispararon a Jamie primero, pero lo esquivó con facilidad. Atacó al grandullón, y le mordió. En una milésima de segundo, el tipo se retorció de dolor y cuando le volvieron a disparar, lo usó de escudo. Mientras la sangrienta lucha entre el demonio-hombre y los demonios, HiKo y yo nos fuimos yendo hacia atrás… Alejándonos lentamente. HiKo lo miraba todo con los ojos muy abiertos, asustada. Quería muchísimo a Jamie y lo estaba pasando muy mal. La cogí en brazos, justo en el momento en el que la lucha terminaba.

- ¿Qué has hecho Jamie? No eres ni humano ni demonio…

- Soy un monstruo, y por decisión propia. No soy ni humano ni demonio, soy la mitad de ambas cosas. Antes peleaba con mi otra naturaleza. Ahora soy una mezcla, me siento bien. Me voy, no quiero involucraos…- Una chispa brotó en sus ojos – Os quiero…

- Jamie… no – a HiKi se le saltaron las lágrimas, y abrazó al monstruo deforme que tenía como hermano.

- Adiós. – Se desprendió cariñosamente de HiKo, me dirigió una mirada incomprensible y desapareció-.

Nunca más supimos de él. Se supo que numerosos demonios-hombres se juntaron y crearon una especie de sociedad, intentando hacer comprender al mundo que no eran tan malos. A veces, en sueños, sigo escuchando el aullido de Jamie. Pero en vez de lastimero, de felicidad, pues consiguió hacer lo que quería, existir. Y construyó el mundo donde los demonios-humanos conviven. El mundo que no existía, tan solo en mi imaginación.

THE END