viernes, 13 de febrero de 2009
Muerte Blanca
Con un suave y silencioso suspiro, se dejó caer en la nieve blanca y gélida. No se movía; semejaba la muerte que muy pronto le llegaría a manos de la depresión y el cansancio por vivir. La lucha por inspirar un nuevo aliento de vida le parecía agotadora, impensable. Ya no quedaba más que el frío que poco a poco la invadía, la inmovilizaba, le arrebataba la ya abandonada intención de seguir hacia delante, hacia un nuevo amanecer. La luna alumbraba sus delicadas y fatigadas facciones, mostrando la huella del infortunio en un rostro tan bello. Hasta el sedoso cabello helado estaba, y ya no digamos el alma. Despacio, muy despacio, movió sus labios, sin pronunciar palabra alguna. Cerró los hasta ese momento abiertos ojos, sumiéndose en la negrura de la que no saldría jamás. Sin mirar siquiera, pero calculando las distancias oportunas, agarró suavemente la empuñadura de plata, tan gélida como la nieve o su porpio ser. Con sus últimas fuerzas, sostuvo con algo más de energía la empuñadura, para seguidamente penetrar su aterciopaleda piel, derramando un río de luna encarnado sobre la resplandeciente, incluso de noche, nieve. Ésta fue derritiéndose copiosamente, debido al calor infundado por el denso líquido. Lo hizo de tal forma, que incluso podría decirse dulcemente. Fue una muerte que ya había sufrido hacía tiempo; una muerte esperada, serena y sin dolor. Una muerte que dejaría huella por siempre en aquel terreno que, hermosamente, no volvió a verse de otra manera que nevado, alimentado por la sangre derramada del ser infeliz y delicado que allí murió un día. Su suicidio, pues, no provocó dolor alguno en ella. Si no más bien fue una liberación. Algo que necesitaba desde hacía años. Una liberación que la paz infinita de la naturaleza pudo concederle, aunque fuese ya al final del camino. Sus cabellos quedaron, poco a poco, ocultos por un finísimo manto níveo, al igual que, no mucho después, el cuerpo de la joven. Fue el amor que sentía por sí misma lo que hizo aquello. No pudo maltratarse más a sí misma.
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Javier... lo has escrito tu?? Diooos es precioso!!! O.O despues dices que no vales para nada!!
ResponderEliminarY si lo has encontrado: DONDEE!!!???
DEee